LOS 14 INCAS DEL IMPERIO INCAICO
1)Manco Cápac.
2)Sinchi Roca.
3)Lloque Yupanqui.
4)Mayta Cápac.
5)Cápac Yupanqui.
6)Inca Roca.
7)Yahuar Huaca.
8)Huiracocha.
9)Pachacútec.
10)Inca Yupanqui.
11)Túpac Yupanqui.
12)Huayna Cápac.
13)Huáscar.
14)Atahualpa.
2)Sinchi Roca.
3)Lloque Yupanqui.
4)Mayta Cápac.
5)Cápac Yupanqui.
6)Inca Roca.
7)Yahuar Huaca.
8)Huiracocha.
9)Pachacútec.
10)Inca Yupanqui.
11)Túpac Yupanqui.
12)Huayna Cápac.
13)Huáscar.
14)Atahualpa.
Galeria destinada a los 14 Incas del Imperio Incaico; segun las cronicas de Inca Garcilaso de la Vega, con sus nombres en quechua, su significado en español, periodo en el que gobernaron, la panaca a la que pertenecieron y la dinastia.
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
MANCO CAPAC – MANKO QHAPAQ – Jefe Poderoso.
PERIODO: 1198 – 1228, PANACA: CHIMA PANACA, DINASTIA: HURIN
Los cuatro hermanos Ayar: Manko (Qhapaq), Ayar Kachi, Ayar Uchu y Ayar Auqa, se casaron con cuatro hermanas: Mama Oqllo, Mama Huaqo, Mama Qora y Mama Ruwa. La jefatura fue asumida por Manko Qhapaq. Ayar Uchu quedo en el camino para servir al Sol, transformado en piedra en el cerro Wanakauri.
Ayar Cachi, gran manejador de la honda, quedaria transfigurado en el valle al hacer caer montañas con su honda, mientras Ayar Auqa, debia ser un genio alado, tambien transformado en piedra y protector de la Ciudad del Qosco a donde llegaria con Manko Qhapaq. Es considerado como Inka perteneciente a la dinastia de los Urin Qosqo en la pleyade de los Inkas Legendarios, cuyo origen se remonta en la leyenda y el mito. Goberno entre 30 y 40 años.
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
SINCHI ROQA – SINCHI ROCA – Gerrero Magnífico.
PERIODO: 1228 – 1258, PANACA: RAURA PANACA, DINASTIA: HURIN
Cuando su padre murió portó orgulloso el Mascaipacha (corona real).
A pesar de sus habilidades como guerrero Sinchi Roca no pudo expandir el pequeño dominio que su padre le había heredado, las etnias vecinas mostraban rechazo a los incas pues los consideraban unos invasores ocupando tierras ajenas y por ello atacaban constantemente al pequeño señorío inca con intenciones de expulsarlos.
Sinchi Roca logró conseguir la amistad de algunos señoríos aledaños a sus dominios, y más importante fue la amistad con el jefe de los Ayamarcas, quien en un enfrentamiento previo a la tregua voló dos dientes delanteros a Sinchi.
Sinchi Roca sólo pudo ser llamado eso: Sinchi, pues no pasaba de ser un guerrero valiente, no logró expandir los dominios mas sí pudo resistir a los constantes ataques y lograr paz con los Ayamarcas, en ese entonces el reino más temido por los habitantes del valle del Cusco, que no sólo eran los incas, sino muchos otros señoríos más.
Sinchi Roca había decidido que su hijo Manco Sacapa iba a heredar el trono, sin embargo cambió de decisión por razones desconocidas, otorgando el trono a Lloque Yupanqui.
Se desconoce las fechas exactas en que vivió y reinó Sinchi Roca pero varían bastante entre los distintos historiadores. Según Sarmiento (1572) nació en 548 y reinó entre 656 y 675 (superando los 100 años al iniciar su reinado); según Cabello Balboa (1586) reinó entre 1006 y 1083; Otros hablan de 1062 a 1091 o 1178 y 1197.
Sus principales obras en favor del imperio son: Lazó vínculos de amistad con el jefe de la etnia Saños. Lazó vínculos de amistad con el jefe de la gran etnia Ayamarca. Resistió a los continuos ataques de etnias enemigas.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Sinchi_Roca
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
LLOQE YUPANKI – LLOQUE YUPANQUI – Zurdo Memorable.
PERIODO: 1258 – 1288, PANACA: AWAYNI PANACA, DINASTIA: HURIN
Lloque Yupanqui rompió las buenas relaciones que su padre había conseguido con el poderosos señorío de Ayarmaca. Pese a tener un peligroso enemigo (nuevamente los Ayarmaca) Lloque Yupanqui se vio obligado a formar y mantener buenas relaciones diplomáticas con los señoríos aledaños, cosa que hizo, y lo hizo hábilmente.
Durante su gobierno, el jefe-guerrero de Ayarmaca murió en combate (parece que el combate no fue contra los incas) y Lloque Yupanqui, aprovechando la situación logró vencer en algunas batallas a dicha etnia librándose así de sus peligrosos ataques por muchos años. Durante la anarquía del señorío de Ayarmaca, Lloque Yupanqui se hace amigo y aliado de algunas ciudades ayamarcas, y provoca rivalidades en este gran señorío.
Los laureles del gobierno de Lloque Yupanqui no se ven en expansiones territoriales, sino en una época de relativa paz, donde mantiene buenas diplomacias con otros señoríos y se libra temporalmente de los Ayarmacas, que hasta ese momento siempre representaron una amenaza para el señorío inca.
Murió en el Inticancha. Tras su muerte, a Lloque Yupanqui le sucedío su cuarto hijo: Mayta Cápac.
Como en todos los Sapas Incas de la hsitoria local, su existencia esta puesta en duda, y también las fechas en que vivió y reino:
- Según Sarmiento(1572) afirma que nació en 654 y reino entre 675 y 786, es deicr, por 111 años.
- Según Cabello Balboa (1586) reino entre 1083 y 1161 (por 78 años).
- Según otras fuentes reino entre 1178 y 1197 (por 19 años).
- Otras fuentes hablan de 1091 a 1126.
- Forma buenas relaciones diplomáticas.
- Se deshace temporalmente de la amenaza que representaban los Ayamarcas.
- Logra expandir unos pocos kilómetros sus dominios, derrotando la ciudad ayamarca de Maras, de la cual no toma posesión.
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
MAYTA QHAPAQ – Donde está el Poderoso.
PERIODO: 1288 – 1318, PANACA: USCAMAYTA PANACA, DINASTIA: HURIN
Mayta Cápac se casó con Mama Tancaray, hija del curaca del señorío de Collagua.
La guerra contra la rebelde etnia de Alcahuisa continúo por un tiempo prolongado, en tres batallas la victoria inca se acentuó tomando prisionero al líder de la etnia rebelde y matándolo de hambre en un sancayhuasi (cárcel).
Cuando Mayta Cápac fue lo suficientemente maduro para ser gobernador, los incas ya representaban una preocupación para los Ayamarcas, quienes en un siglo no pudieron expulsarlo del valle del Cusco.
Mayta Cápac cedió su gobierno a Tarco Huamán, quién recibió un golpe de estado por parte de su primo casi inmediatamente de iniciado su mandato.
Su principal obra fue el que derrotó a los rebeldes de Alcayhuasi.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Mayta_C%C3%A1pac
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
QHAPAQ YUPANKI – CAPAC YUPANQUI – Poderoso y Memorable.
PERIODO: 1318 – 1348, PANACA: APU MAYTA CAPAC PANACA, DINASTIA: HURIN
Durante su reinado, derrotó a algunas pequeñas etnias como los Cuntis, agregando de esta manera unos pocos kilómetros cuadrados a sus dominios. La reputación del señorío inca iba creciendo, tanto así que el señorío Quechua, de Abancay les envió dos embajadores a solicitar ayuda para enfrentar al poderoso estado (casi imperio) Chanca. Cápac aceptó y envió a su primo Tarco a capturar 1000 avecillas de la selva y del altiplano para ser quemadas en rituales militares.
En el gobierno de Cápac Yupanqui el señorío inca seguía siendo pequeño ante los Ayamarcas, y un diminuto señorío en comparación con el poderoso estado Chanca.
El estado Chanca era ya temido por lo Ayamarcas (quienes se habían recuperado de las guerras civiles que Lloque Yupanqui generó entre ellos), y se proyectaba a la toma de toda la región Cusco, incluyendo a los incas y ayamarcas. Por tal situación ambos buscaron una alianza, y se reflejó cuando el rey de Ayamarca obsequió a Cápac Yupanqui una esposa llamada Curi Hilpay.
Cápac Yupanqui nunca se enfrentó al poderoso estado Chanca, pues murió envenenado antes de que estos llegaran al Cusco.
Cusi Chimbo, una de las esposas de Cápac Yupanqui lo envenenó antes de que este si quiera nombrase un sucesor. Esto, fue parte de un complot que organizó Inca Roca, rey de la dinastía inca Hanan.
Sus principales obras fueron:
- Alianza con los Ayamarcas.
- Aportó unos pocos kilómetros al pequeño señorío inca.
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
INKA ROQA – INCA ROCA – Inca Magnífico.
PERIODO: 1348 – 1378, PANACA: WIKAK’IRAW PANACA, DINASTIA: HANAN
Atacó a las etnias de Masca, Cautomarca y Quiquijana, inclusive venció a los Pinaguas definitivamente (fue una gran victoria tomando en cuenta que los Pinagua eran la mitad del poderoso señorío de Ayarmaca).
A pesar de sus victorias, no ganaron mucho en territorio porque solamente saqueaban ciudades y no pasaba mucho tiempo de que los expulsasen de ellas.
Contrató a los ejércitos de las etnias de Canas y Canchis para combatir a los Chancas, logró impedir su expansión por algún tiempo, lo cual en realidad fue un error pues ellos querían atacar a los Ayamarcas y no a los incas (todavía).
Dejó varias descendencias, pero el que le sucedería después de su muerte sería su hijo Yahuar Huáca.
fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Inca_Roca
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
YAWAR WAQAQ – YAHUAR HUACA – El Que Llora Sangre.
PERIODO: 1378 – 1408, PANACA: AWKAYLLI PANACA, DINASTIA: HANAN
Inca Roca tomó como esposa principal a Mamay Micay, ambos engendraron a Tito Cusi Hualpa quién más tarde pasaría a ser llamado Yahuar Huacac. Mama Micay pertenecía a la etnia de Huallacanes, fue ofrecida.
Después de llorar sangre y ser devuelto al Cusco, Tito Cusi Hualpa pasó a llamarse Yahuar Huacac (el que llora sangre). Todo esos sucesos ocurrieron durante el reinado de Inca Roca, como este no atacó a los Ayarmacas sabemos que inclusive cuando estos perdieron a los Pinaguas seguían siendo aún muy fuertes como para que los incas los invadan.
Siguiendo el ejemplo de su padre, Yahuar Huacac unió a su gobierno al segundo hijo de la coya llamado Pahuac Gualpa Mayta pero el príncipe murió poco después, víctima de las intrigas de una mujer del Inca que deseaba ver a su propio hijo de corregente.
Cuando organizaba una expedición de conquista, los Cuntis se rebelaron fastidiados por las mitas o trabajos para el Estado que los incas les impusieron. Su sublevación fue un éxito rotundo, casi arrasan con el Cuzco, y lo pudieron hacer, sin embargo una tempestuosa tormenta les hizo pensar que se trataba de un mal presagio y decidieron huir.
La etnia rebelde, los Cuntis, atacaron su palacio, pero Yahuar Huacac logró escapar al Inticancha, sin embargo los Cuntis ingresaron al aposento y lo mataron junto a sus hermanos en la misma puerta del templo. Los destrozos fueron enormes y el señorío inca estuvo a punto de extinguirse. Felizmente (para los incas) cayó una tempestuosa tormenta la cual fue tomada los Cuntis que era un mal presagio obligándolos abandonar la ciudad. Yahuar Huacac no tuvo tiempo de elegir a su sucesor.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Y%C3%A1huar_Hu%C3%A1cac
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
WIRAQOCHA INKA – WIRACOCHA INCA – HUIRACOCHA – Espuma de Mar.
PERIODO: 1408 – 1438, PANACA: SUQSU PANACA, DINASTIA: HANAN
Tras el asesinato de Yahuar Huácac fue difícil escoger a un heredero pues muchos de sus hermanos e hijos fueron matados a su lado.
No fue hijo de Yahuar Huácac, sin embargo fue presentado como tal porque pertenecía a la misma dinastía de su antecesor: los hanan.
Conquistó los señoríos de Yucay y Calca, ahí en Calca construyó su propio palacio. Recibió ataques constantes de los Ayamarcas y Guayamarcas que logró sofocar exitosamente.
Mejoró la agricultura y los abastecimientos incas. Amplió las arboledas y la producción textil, implantó los tocapus (figuras geométricas en la ropa de los nobles).
Viajó al reino Aimara dejando como inca ratin (vice-gobernante) a su hijo preferido: Inca Urco. En Aimara, se hizo amigo de este y otros señoríos, al retornar decidió vivir en su palacio de Calca para estar permanentemente con Curi Chulpi, una esposa secundaria pero a quien amaba fervientemente más que a ninguna otra.
Durante su gobierno, los poderosos Chancas le enviaron dos emisarios pidiendo su rendición y entrega incondicional de sus dominios, incluyendo Cusco, este aceptó y escapó a Chita junto a sus sirvientes, esposas e hijos.
Tras su rendición e huida junto con su hijo Inca Urco, abandona al Cusco generando incertidumbre y confusiones, su huida y rendición fueron inesperadas. Sin embargo, Cusi Yupanqui (Pachacútec), su tercer hijo hace un llamado general a las etnias vecinas, y tras conseguir aliados combate y expulsa a los Chancas de Cusco, posteriormente mata a Inca Urco por defensa propia, acto que causa el resentimiento en Huiracocha, quién nunca más volvió al Cusco desde su huida.
Murió en el olvido, muy canoso (cosa poco común en los hombres de etnia andina) y sofocado por la magnificencia de quién jamás nombró como sucesor: Pachacútec.
Sus obras fueron:
- Mejoró la agricultura inca.
- Amplió las arboledas.
- Venció a los señoríos de Yucaya y Calca.
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
PACHAKUTIQ – PACHACUTEC – Transformador de la Tierra.
PERIODO: 1438 – 1471, PANACA: HATUN AYLLU, DINASTIA: HANAN
Pachacútec es el primer inca del cual se encuentran referencias históricas que corroboran su existencia, por cual es llamado reconocido como el “primer inca histórico”, sin embargo, la relevancia de su figura y legado, así como el de su denominación, lleva a pensar a varios estudiosos que tiene una importancia mucho mayor que la de solo un personaje, llegando a representar el inicio de toda una época de transición y reestructuración para la sociedad inca, etapa de cambios que continuaría posterior a su muerte en 1488, por su hijo Túpac Yupanqui y su nieto Huayna Cápac.
Origen
Nacido con el nombre de Cusi Yupanqui, fue hijo del inca Wiracocha y de Mama Runto; siempre fue admirado por los nobles incas pues tenía la valentía, inteligencia y madurez que tanto le hacía falta a su hermano Inca Urco (quien había sido nombrado como sucesor de Viracocha Inca), del mismo modo mostraba aptitudes para el gobierno y las conquistas, que de igual modo carecía Inca Urco.
Repetidas veces fue recomendado a Huiracocha por los nobles como el más capaz de sus hijos para tomar la mascaipacha cuando éste muriese, pero según las crónicas Huiracocha se había encariñado tanto con Inca Urco que siempre lo prefería ante cualquier otra persona.
Conflicto con los Chancas
Artículo principal: Guerra Inca-Chanca
Cuando los Chancas enviaron sus emisarios a Cusco, Viracocha Inca e Inca Urco aceptaron la rendición e inmediatamente huyeron causando la sorpresa en la etnia inca, siendo el salvador el príncipe Cusi Yupanqui. Ante la anarquía, Cusi Yupanqui (nombre verdadero de Pachacútec) solicitó en vano el regreso de su padre.
Ante la negación de Huiracocha, Pachacútec hizo un llamado general a las etnias vecinas para resistir juntos a la amenaza Chanca, los Canas fueron los únicos que se aliaron a los incas, los Ayamarcas también fueron los únicos que se aliaron a los Chancas y las demás etnias esperaron a ver quien se inclinaría hacia la victoria para unírseles.
La primera batalla fue en Cusco donde los soldados del ejército inca vencieron favorecidos por las etnias espectadoras que se les unieron en cuanto empezaron a ganar. Luego en Ichubamba la victoria Inca se acentuó, dando origen a la leyenda de los soldados de piedra.
Una vez derrotados los Chancas, los incas alistaron las celebraciones en Cusco a las cuales Huiracocha fue invitado por Pachacútec, sin embargo Huiracocha se negó a menos que llevaran a Inca Urco a que reciba los créditos por su co-reinado paralelo al ataque Chanca, obviamente nadie quiso recibirlo. Motivado por la envidia, Urco organizó un pequeño ejército y marcharon a Cusco para derrocar a Pachacútec, pero éste, hábilmente preparado lo derrotó. Inca Urco fue descuartizado y sus restos fueron arrojados a un río.
“…y los tales señores caciques se fueron de allí derechos donde Viracocha Inca estaba y le dijeron cómo Inca Yupanqui los enviaba allí a que viesen en qué era servido, que ellos le sirviesen; y como Virachoca Inca los viese delante de sí y tan gran multitud de señores y de tanto poder, holgose mucho de ello (…). Después de repartirles vasos de chicha y porciones de coca, levantose en pie Viracocha Inca y considerando que pues su hijo le enviaba aquellos señores y ellos tanto le amaban y le querían por señor, que era justo que él asimismo en ello les animase. Les hizo cierta oración, por la cual él de su parte les agradecía lo que por él y por su hijo habían hecho, y que ya sabían (…) que él hasta allí había sido señor del Cusco, y que se había salido de él por causas que para ello le movieron; y que de allí en adelante Inca Yupanqui, su hijo, había de ser Señor en la ciudad del Cusco”. Tomado de “Suma y narración de los Incas”, cronista Juan de Betanzos.
Ceñimiento de la mascaipacha
Al morir Inca Urco, Cusi Yupanqui fue el único candidato para asumir el gobierno de la confederación cusqueña. Debido al clamor popular, se iniciaron los preparativos para la ceremonia en la que el príncipe se ceñiría la mascaipacha. A solicitud de Cusi, una comitiva de orejones se dirigió a Calca en busca de Viracocha Inca para solicitar y rogar que fuera al Cusco a entregar la mascaipacha al nuevo líder; de ese modo enmendaría la deshonra de haber abandonado la capital en pleno conflicto contra los Chancas.
Numerosas llamas cargadas de ofrendas comenzaron a llegar a la ciudad del Cusco desde los poblados vecinos e, incluso, desde más lejos. Del Anti se traían innumerables cestas de coca, hierbas y resinas aromáticas; de los Yungas, por su parte, llegaban conchas utilizadas en los sacrificios, así como pimientos y rocotos rojos que serían empleados para sazonar el banquete real.
Conforme se aproximaba el día de la ceremonia, los curacas y nobles confederados invitados hacían su ingreso en la capital con gran fastuosidad rodeados por su séquito. Cada uno de los visitantes traía hermosos regalos en señal de reconocimiento, entre los que podían observarse vistosas andas, queros decorados, suaves mantas, metales preciosos y exóticas plumerías.
Llegado el día esperado, después de que los sacerdotes encabezados por el willac umu hicieran una serie de sacrificios y plegarias, incluyendo la inmolación de niños como parte del ritual conocido como Cápac Cocha, el propio Inca Viracocha procedió a colocar la borla real en la cabeza del joven Cusi Yupanqui, nombrándolo de allí en adelante, como Pachacútec Yupanqui Cápac Intichuri, es decir, “hijo del Sol que transforma el mundo”.
Una vez investido como Inca, Pachacútec determinó que fuera su padre Huiracocha el primero en rendirle homenaje. Para ello el viejo Inca debió beber una olla llena de chicha hasta dejarla vacía. Sin ninguna objeción Huiracocha cumplió lo ordenado y, al terminar, se inclinó pidiendo perdón por haber abandonado el Cusco en plena guerra. Pachacútec, respetando siempre el rango del anciano y como hijo, lo ayudó a incorporarse inmediatamente.
Gobierno (1438-1471)
Según la información recogida por varios cronistas, los historiadores aceptan comúnmente que el gobierno de Pachacútec se inició alrededor del año 1438 y terminó con su muerte alrededor del año 1471. Durante su gobierno, consolidó el Curacazgo Inca frente a amenazas de pueblos locales y lo transformó en el Tahuantinsuyo, iniciando una época imperial para los incas. Realizó varias expediciones conquistadoras y encargó otras a su hermano e hijo respectivamente. Por todo esto, su gobierno es reconocido como uno de los más exitosos en la historia de la América precolombina.
Inicio de la expansión imperial
Al igual que sus antecesores, la primera actividad que debió realizar el nuevo Inca fue enfrentar una rebelión, esta vez organizada por los descendientes ayarmacas de Tocay Cápac. Una encarnizada batalla se llevó a cabo en Huanancancha, pero la superioridad del ejército inca dio la victoria a Pachacútec, quien, decidido a aniquilar definitivamente a los insurrectos, asoló los pueblos enemigos diezmando gran parte de su población. Después de esta derrota, el peligroso curacazgo de los ayarmacas no volvería a recuperar su antiguo poderío. El sinchi ayarmaca fue conducido como prisionero al Cusco, donde pasó el resto de sus días encerrado en prisión.
Durante los primeros meses de su gobierno Pachacútec tuvo que someter a varios sinchis vecinos del Cusco: Páucar Ancho y Tocari Topa de Ollantaytambo; Ascaguana y Urcocona de Huacara; y Alcapariguana de Toguaro. A diferencia de las guerras realizadas en los reinados anteriores, estas campañas militares representaban un verdadero esfuerzo por consolidar una unidad territorial, un predominio de los cusqueños sobre sus comarcanos. Las numerosas guerras que sostendría en el futuro le permitirían adquirir una enorme extensión territorial.
Primera expedición conquistadora
Dominados los curacas vecinos, Pachacútec decidió organizar una expedición hacia los antiguos territorios chancas. Al mando de más de 40.000 hombres, transportado en andas, el Inca se dirigió hacia el río Apurímac. Al llegar a Curahuasi, a 26 leguas del Cusco, entregó una palla del Cusco al jefe chanca Túpac Uasco. Con este acto Pachacútec logró la adhesión del sinchi. La expedición continuó hacia Andahuaylas, donde, tras una reunión del consejo de orejones, se resolvió avanzar hacia el territorio de los soras. La resistencia ofrecida por los sinchis Guacralla, de Soras, y Puxayco, de Chalco, fue desbaratada con facilidad. Los soras y rucanas huyeron hacia las proximidades del río Vilcas y se refugiaron en un peñón. Después de permanecer algún tiempo en Soras, el Inca levantó su cuartel general y se desplazó hacia Huamanga, conquistando todos los pueblos visitados en el trayecto. El siguiente objetivo fue Vilcashuamán, un centro importante de la región; cuando llegó a este lugar, Pachacútec mandó construir un Templo del Sol y varias edificaciones. De esta manera el asentamiento se convirtió en un importante centro administrativo.
Una vez dominada toda la región de los chancas y sus confederados, se emprendió el regreso a tierras cusqueñas. Antes de llegar a la capital, el Inca debió someter a los sinchis Ocacique y Otaguasi, señores del pueblo de Acos, localizado a diez leguas del Cusco. Como represalia por haber sido herido en la cabeza durante el enfrentamiento, Pachacútec desterró a los sobrevivientes y los reubicó en los términos de Huamanga, donde está hoy el pueblo de Acos.
Expedición hacia el Collasuyo
Pasaron aproximadamente diez años después de la coronación de Pachacútec, cuando murió en su residencia de Calca el viejo Inca Huiracocha. En honor a su rango, Pachacútec organizó un solemne entierro. El cuerpo del Inca difunto fue paseado en andas por el Cusco portando sus armas e insignias reales. El cortejo fúnebre se desplazaba acompasado por el lento retumbar de los tambores, cuyo sonido marcaba el paso de decenas de guerreros. Al poco tiempo, Pachacútec reinició su campaña militar expansionista, enviando un grupo de soldados al mando de Apo Conde Mayta hacia la frontera con los collas, poderoso grupo que tenía como señor a Chuchi Cápac, también conocido como el Colla Cápac. No tardó Pachacútec en unirse a estas tropas de avanzada, ingresando en tierras enemigas hasta llegar al pie del Vilcanota.
Enterado el Colla Cápac de la incursión inca en sus territorios, se dirigió con sus ejércitos al pueblo de Ayaviri para esperarlos. Al llegar Pachacútec a esta localidad pudo comprobar que no se produciría un sometimiento pacífico, por lo que se entabló una larga batalla. A medida que la lucha se prolongaba temiendo ser derrotados, los collas se replegaron hacia Pucará, hasta donde fueron perseguidos por los incas. En Pucará se libró un segundo enfrentamiento del que no solamente salieron victoriosos los cusqueños, sino que lograron tomar prisionero al poderoso Colla Cápac. Una vez asegurado el triunfo, Pachacútec se dirigió a Hatun Colla, morada del curaca derrotado, donde permaneció hasta que todos los pueblos subordinados se acercaron a rendirle obediencia. Tras pequeñas luchas con los pobladores de Juli y los pacasas, Pachacútec consiguió dominar todo el Collao, dejando allí guarniciones y un gobernador general. Su siguiente destino fue el territorio de Condesuyos: sus conquistas le llevaron por Arequipa y Camaná, y regresó al Cusco por Chumbivilcas.
Expediciones encargadas por Pachacútec
Posterior a la victoria frente a chancas y collas, las obligaciones legislativas de Pachacútec lo retuvieron en el Cusco, por lo que tuvo que encargar (y no dirigir más) las siguientes expediciones conquistadores del Imperio Inca, mientras él se encargaba de la remodelación del Cusco y la consolidación del gobierno imperial. La primera de estas expediciones fue encargada a su hermano Cápac Yupanqui hacia territorios del reino Chimú, y las demás a su hijo y sucesor Túpac Yupanqui tanto al norte como al sur del imperio, con estas conquistas el Tahuantinsuyo llegaría cerca su máxima expansión y mejor consolidación, todo bajo el gobierno del noveno Sapa Inca: Pachacútec.
Consolidación imperial y renovación del Cusco
Al encargar las expediciones conquistadoras a su hijo y sucesor Túpac Yupanqui, Pachacútec se encargó y continuó con las remodelaciones de la capital del imperio: la ciudad del Cusco. Al haber aumentado la población de la capital las demandas de viviendas, alimentos y necesidades primarias también aumentaron, por lo cual Pachacútec emprendió una serie de obras constructivas y agrícolas: la formación de nuevos barrios, su distribución en solares y el levantamiento de nuevas plazas y “canchas”; el Sapa Inca hizo despoblar varias áreas alrededor del Cusco para que sean utilizadas como sementeras, reubicando a sus ocupantes en zonas con clima similar. Del mismo modo, se intensificó la producción agrícola gracias a la creación de canales en la ciudad del Cusco, a la mejor distribución de aguas, a los nuevos sistemas de almacenamiento y construcción de andenes.
Puede considerarse su primera gran obra arquitectónica la reedificación del “Templo del Sol” o “Inticancha”, la edificación humilde de sus antepasados se transformó en un templo repleto de riquezas, se refaccionó la estructura con bloques líticos obtenidos desde las canteras de Sallu, a cinco leguas del Cusco; por toda la nueva suntuosidad del palacio pasó a ser conocido como “Coricancha” (Templo de oro).
“Y visto por él (Pachacútec) el sitio donde a él mejor le pareció que la casa debía se edificada, mandó que allí fuese traído un cordel, y siéndole traído, levantáronse del lugar donde estaban él y los suyos, y siendo ya en el sitio donde había de ser la casa edificada, él mismo por sus manos con el cordel midió y trazó la Casa del Sol; y habiéndola trazado, partió de allí con los suyos y fue a un pueblo que dicen Sallu, que es casi cinco leguas de esta ciudad, que es donde se sacan las canteras, y midió las piedras para el edificio de esta casa, y así medidas, de los pueblos comarcanos pusieron las piedras que les fue señaladas y las que fueron bastantes para el edificio de esta casa (…) así como el Inca Yupanqui la había trazado e imaginado”. Tomado de “Suma y narración de los Incas”, cronista Juan de Betanzos.
Otro de los cambios más importantes realizados por Pachacútec fue la división del creciente imperio en cuatro suyus, teniendo como centro la ciudad del Cusco (ombligo del mundo); al este el Antisuyu, al oeste el Contisuyu, al norte el Chinchaysuyu y al sur el Collasuyu.
Muerte y sucesión
Murió naturalmente en pleno apogeo del imperio, fue reconocido y valorado como el más grande Sapa Inca por sus contribuciones a la expansión y consolidación del naciente Imperio inca. Su momia fue llevada en su tiana o asiento, cargada por los grandes señores hasta la plaza Aucaypata, donde se le rindió homenaje. Las exequias reales se iniciaron con el encuentro entre las momias de Pachacútec y Huiracocha Inca, su padre. El fallecido soberano fue vestido con suntuosas mantas y adornos de oro y plata, además de un tocado de plumas y un escudo de armas. Finalmente su momia fue colocada en el centro de Tococache (actual barrio de San Blas, en Cusco) en un templo dedicado al trueno que él mismo mandó a edificar.
La sucesión en el mando del Imperio inca, fue asumida por su hijo, Túpac Inca Yupanqui, con quien había co-gobernado durante los últimos años y quien había demostrado una gran destreza guerrera y conquistadora en las expediciones que Pachacútec le había encargado tanto hacia el norte como hacia el sur del territorio imperial. De este modo, sin ninguna objeción, Túpac Yupanqui se ceñiría la mascaipacha y asumiría por completo el gobierno del Tahuantinsuyo, tras la muerte y exequias reales de su padre.
Obras
Transformación del Reino a Imperio
Gracias a Pachacútec los dominios del incario dejaron de constituir un simple reino para conformar el Tawantinsuyo, un Estado que logró dominar y controlar política, militar y económicamente a otros estados y cacicazgos ubicados en las proximidades de los Andes. Esta transformación devino de las victorias obtenidas ante varios estados que rodeaban inicialmente el reino inca: principalmente la confederación Chanca y el señorío de los Ayamarca.
Sistema de mitimaes y quechuización
También se debió a Pachacútec la implantación del sistema de mitmakuna o mitimaes -traslados- en todo el Tawantinsuyo. Éstos eran grupos humanos desplazados por el Estado a cualquier punto conquistado por el incario a fin de cumplir tareas específicas que vertebran y cohesionaran el imperio. Los mitimaes colonizaban, llevaban consigo las técnicas y modos de producción cusqueños, enseñaban las leyes y costumbres y divulgaban la religión de los incas. También realizaban una labor de control de las poblaciones recién incorporadas al Tawantinsuyo. Su función era de producir los elementos básicos que cubriesen las necesidades de los súbditos y la de reproducir los rasgos culturales con el objetivo de quechuizar a los recién incorporados.
Arquitectura y urbanismo
Desde el punto de vista de los logros urbanísticos y arquitectónicos, Pachacútec mandó canalizar los ríos Huatanay y Tullumayo, que frecuentemente anegaba la ciudad del Sol, Cusco. Asimismo reedificó y ornamentó con grandes riquezas el santuario del Inticancha o recinto del Sol, cuyo nombre hizo cambiar por el de Coricancha, que significa “recinto de oro”. El primer emperador inca restauró el palacio de Pomamarca o Ciudad del Puma, y el de Patallacta, donde falleció, en Carmenca. Finalmente, planificó la construcción del templo-fortaleza de Sacsayhuamán, ubicada al norte de la ciudad del Cusco, la misma que empezó a levantar su hijo Túpac Yupanqui y concluyó su nieto Huayna Cápac, padre de Huáscar y Atahualpa. Algunos historiadores le atribuyen también el arregló del acllahuasi en Cusco, y la planificación y construcción de la ciudadela de Machu Picchu.
Legado
La figura de Pachacútec, dada la implicancia y connotación de su título en quechua: el que transforma el mundo, ha sido objeto de innumerables discusiones de acuerdo a la visión mítica e idealista que se tiene sobre él y la consolidación del Imperio inca, para la visión andina.
Otros historiadores recalcan su figura histórica y tienden a considerarlo como una de las principales figuras en el desarrollo de las civilizaciones precolombinas, como por ejemplo diría de él el historiador británico Sir Clement Markham: “Él más grande hombre que la raza aborigen de América haya producido”; otros historiadores y cronistas comparan su figura con la de un Carlomagno americano, haciendo referencia a la expansión del Estado Inca y la consolidación del imperio que logró; e incluso a la de Solón, recalcando los dotes de legislador y estadista que se cuenta tuvo Pachacútec.
“Con sus medidas dio unidad geográfica e idiomática, iniciando la uniformidad que permitió más tarde la formación del Perú actual”. Tomado de “Historia del Tahuantinsuyo”, historiadora María Rostworowski.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Pachac%C3%BAtec
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
AMARU INKA YUPANKI – AMARU INCA YUPANQUI – Supremo Soberano Sagaz.
PANACA: CAPAC AYLLU, DINASTIA: HANAN
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
TUPAQ YUPANKI – TUPAC YUPANQUI – TUPAQ INKA YUPANKI – Luminoso y Memorable.
PERIODO: 1471-1493, PANACA: CAPAC AYLLU, DINASTIA: HANAN
Origen
Pachacútec escogió inicialmente a Amaru Inca Yupanqui como sucesor, pero éste era muy pacífico y bondadoso, lo llamaban “el Bueno”, se cuenta que cuando lo mandaron (prácticamente obligaron) a combatir contra los Guaraníes fue derrotado. Tales actitudes hicieron cambiar de opinión a Pachacútec nombrando a su hijo: Túpac Yupanqui como su sucesor. Cuando Pachacútec estaba ya muy anciano le dejó asumir casi todo el poder (co-gobierno).
Conquistas
Por el Este, se dirigió al Chinchaysuyo para anexar más etnias. Por el norte conquistó a los Chachapoyas, Huambos y Guayacondos. Se enfrentó al Imperio Chimú que por su geografía y su amurallada ciudad capital: Chan Chan iba Ante esta situación Túpac Yupanqui elaboró una certera estrategia: secar el río Moche, principal proveedor de agua para Chan Chan. Como la ciudad se encuentra en medio del desierto no tardó muchos días en anunciar la rendición.
Después de esta primera expedición volvió al Cusco con un cargado botín. Descansó ahí dos años, y enseguida salió nuevamente por el norte anexando más etnias y derrotando otras que por su “salvajismo” no las anexaría por no ser de interés. En las cercanías de Quito edificó la fortaleza de Quinche, donde posteriormente algunos creen que habría nacido su hijo Huayna Cápac.
Al volver a Cusco luego de 4 años, se le tentó comandar otra campaña de conquista en el Norte, en el Golfo de Guayaquil, donde derrotó a los Puná y a los Paches.
Por el sur, su mirada se dirigió al valle de Cañete y al señorío del Huarco. Aliado con los poderosos chinchas, creyó que su victoria sería segura pero los hechos le demostrarían lo contrario. Su campaña por esas tierras, la más ardua que habría de luchar en su vida y que le sirvió mucho en su desarrollo como guerrero, le tomó cerca de cinco años. Por esto decidió apelar a otros recursos para conseguir la derrota definitiva de tan recia gente. En efecto, mandó emisarios para señalarle a los líderes de la región (encabezados por una fiera mujer guerrera) que ambas naciones alcanzarían una alianza con el fin de mutuo beneficio entre ambos, siendo que los del Huarco aportarían constantemente alimentos y productos al Imperio mientras que los incas respetarían su autonomía. Ante esto, grandes celebraciones se darían inicio y en plena fiesta los soldados del joven Túpac Yupanqui irrumpirían contra las principales posiciones defensivas para tomarlas. Esto lo conseguirían en todos los reductos, salvo en la fortaleza de Ungará.
Aquí la lucha se hizo más dura y costó muchas vidas el tomarla. Finalmente, viéndose rodeados y deseosos de salvar sus cuerpos de la furia del príncipe imperial, los sobrevivientes se lanzaron desde lo alto de la fortaleza en un salto que años más tarde emularía el famoso Cahuide ante los españoles. A su llegada al lugar, Túpac Yupanqui, congestionado por la irá, ordenó que todos los prisioneros fueran ajusticiados y colgados de esos muros como escarmiento a todos los pueblos que siguieran su ejemplo.
Teoría de una visita a la Polinesia
A partir de las crónicas realizadas por cronistas españoles Pedro Sarmiento de Gamboa, Martín de Murúa y Miguel Cabello Valboa durante la conquista; recogieron un relato sobre que, Túpac Yupanqui, estando en la costa norte (en las islas Puná) habría tenido conocimiento de unas islas lejanas, decidiendo ir en pos de ellas. Alistado una gran flota de balsas, habría zarpado con 20,000 hombres, llegando a unas islas llamadas Ninachumbi y Auachumbi; algunos historiadores postularían como hipótesis de que estas islas serían verdaderas y estarían ubicadas en la Polinesia.
Esta crónica dio pie, al historiador José Antonio del Busto, para la formulación de una teoría sobre que esas dos islas serían Mangareva y Rapa Nui, basándose en treinta pruebas que considera haber descubierto, entre ellas el hecho que en Mangareva existe una leyenda sobre un rey Tupa, que vino del este en balsas con velas, trayendo orfebrería, cerámica y textilería y del que hasta hoy existe una danza. Un relato similar existiría en las islas Marquesas. Además, agrega que el Ahu Vinapu, en Rapa Nui, está construido en forma similar a las construcciones incaicas del Cusco, y que el rey Tupa en Rapa Nui habría tomado el nombre de Mahuna-te Ra’á, traducido como “hijo del sol” en base a una leyenda rapa nui.[5] Retornó a los dos años trayendo consigo gente negra, sillas de latón, pellejos y quijadas de caballos que fueron conservadas en la fortaleza de Sacsayhuamán. Esta hipótesis es apoyada por la travesía que hizo el explorador noruego Thor Heyerdahl, denominada Kon-tiki en honor al dios de los incas, Wiracocha, el creador del universo, pues Kon-tiki es una advocación del mismo.
“y andando Topa Inga Yupanqui conquistando la costa de Manta y la isla de la Puná y Túmbez, aportaron allí unos mercaderes que habían venido por la mar de hacia el poniente en balsas, navegando a la vela. De los cuales se informó de la tierra de donde venían, que eran unas islas, llamadas una Auachumbi y otra Niñachumbi, adonde había mucha gente y oro. Y como Topa Inga era de ánimos y pensamientos altos y no se contentaba con lo que en tierra había conquistado, determinó tentar la feliz ventura que le ayudaba por la mar. Después de atisbar de cómo Túpac Yupanqui se entero de la existencia de unas islas auachumbi y ninachumbi, esto avisado y confirmado por un mercader llamado Autarqui. Se determinó ir allá. Y para esto hizo una numerosísima cantidad de balsas, en que embarcó más de veinte mil soldados escogidos. Navegó Topa Inga y fue y descubrió las islas Auachumbi y Niñachumbi, y volvió de allá, de donde trajo gente negra y mucho oro y una silla de latón y un pellejo y quijadas de caballo. Hago instancia en esto, porque a los que supieren algo de Indias les parecerá una caso extraño y dificultoso de creer”. Pedro Sarmiento de Gamboa
Expansión del imperio inca.
En 1471, con la muerte de Pachacútec, Túpac Yupanqui se hace del trono a sus 30 años aproximadamente. En afanes de continuar la expansión del imperio dirigió una campaña en el Antisuyo (región selvática). Con un ejército dividido en 3 (uno de ellos comandado por su hermano Amaro Yupanqui), anexaron a las tribus: Opotari, Manú y Yanasimi.
Conquistas al sur del imperio
Durante su reinado, se realizó una expedición que inició recorriendo la meseta del Collao, Cochabamba y Tucumán. De Charcas se dirigió al sur y conquistó a los diaguitas de los valles transversales y parte de los picunches (grupo mapuche septentrional) que habitaban el Valle de Chile (el actual valle del Aconcagua o el valle del Mapocho) y algunas comarcas ubicadas al sur de él, fijándose así los límites del Imperio Inca, en una zona que convencionalmente los historiadores y la arqueología extienden hasta el río Maule. Tomó el camino de regreso por la costa pasando por Pica, Huantajaya, Ariacca, Tácana y en Sama tomó rumbo hacia el Cusco.
El cronista Pedro Cieza de León expresa que: “Caminó por toda la provincia del Collao hasta salir de ella, envió sus mensajeros a todas la naciones de las Charcas y Carangas y más gentes que hay en aquellas tierras. De ella, unos le venían a servir y otros a darles guerra… Yendo victorioso adelante de los Charcas, atravesó muchas tierras o provincias y grandes despoblados de nieve hasta que llegó a lo que llamamos Chile y señoreó y conquistó todas aquellas tierras, en los cuales dicen llegaron hasta el río Maule. En lo de Chile, hizo algunos edificios y tributáronle de aquellas comarcas mucho oro en tejuelos. Dejó gobernadores y mitimaes y, puesto en orden lo que había ganado, volvió al Cusco”.
Encuentro Inca-Mapuche
Los incas llamaban promaucaes o purumaucas o purum aucca, a las poblaciones que no estaban sometidas a su imperio. Los incas sometieron algunos pueblos del Valle de Chile quienes les pagaron tributos.
El Inca Garcilaso de la Vega en su libro Comentarios Reales de los Incas y el español Alonso de Ercilla en el poema épico La Araucana y otros cronistas, relatan la expedición Inca hacia el río Maule y su encuentro con los promaucaes. Este evento es conocido como Batalla del Maule.[6] En esta campaña al sur se libró una guerra entre 20.000 incas de Yupanqui y 20.000 mapuches, al sur del Maule. El subgrupo picunche conocido como promaucaes por los españoles, enterados de la venida de los Incas se aliaron con los subgrupos Antalli, Pincu y Cauqui. Los incas enviaron parlamentarios para que reconozcan al Túpac Yupanqui como soberano.
Los purumaucas decidieron dar batalla y se enfrentaron por tres días con los incas. Durante el enfrentamiento hubo muchos muertos en ambos bandos y ningún ejército vencedor. Al cuarto día decidieron no enfrentarse. Los purumaucas se retiraron del campo de batalla cantando victoria. Los incas evaluaron perseguirlos para continuar con la batalla o asegurar lo que ya habían conquistado.
Finalmente deciden no continuar la conquista, sino fortalecer sus posiciones, administrar los territorios conquistados y mejorar la agricultura de sus nuevos vasallos para que sus vecinos aún no conquistados notaran su progreso. Los nuevos pueblos vasallos aceptaron de buen grado el dominio y obtuvieron ventajas de él.
…duró la batalla todo el día sin reconocerse ventaja, en que hubo muchos muertos y heridos…El cuarto día…no salieron de sus alojamientos…los Purumaucas…se volvieron a sus tierras, cantando victoria…los Incas…resolvieron en volverse a lo que tenían ganado y señalar el río Maulli por término de su Imperio y no pasar adelante en su conquista hasta tener nueva orden de su Rey Inca Yupanqui…El Inca les envió a mandar que no conquistasen más nuevas tierras, sino que atendiesen con mucho cuidado en cultivar y beneficiar las que habían ganado… Inca Garcilaso de la Vega. Comentarios Reales. Segunda parte. Libro VII. Capítulos 18,19,20
El potente rey inca aventajado, en todas las antárticas regiones, fue un señor en extremo aficionado, a ver y conquistar nuevas naciones…*Los promaucaes de Maule, que supieron, el vano intento de los incas vanos, al y paso y duro encuentro les salieron, no menos en buen orden que lozanos; y las cosas de suerte sucedieron, que llegando estas gentes a las manos, murieron infinitos orejones, perdiendo el campo y todos los pendones. *… Los incas, que la fuerza conocían, que en la provincia indómita se encierra, y cuán poco a los brazos ganarían, llevada al cabo la empezada guerra; visto el errado intento que traían, desamparando la ganada tierra, volvieron a los pueblos que dejaron, donde por algún tiempo reposaron. Alonso de Ercilla. La Araucana. Canto I.
Expediciones al sur del Maule
Datos aportados por crónicas españolas, tales como el Informe de Miguel de Olaverría o el del padre Anello Oliva en su Historia del Perú (publicada en una traducción al francés) indican que la expansión habría llegado más al sur, o que posteriormente se habría producido una hipotética última expansión o invasión más al sur hasta el río Biobío. Miguel de Olaverría expresa que “conquistaron y subjetaron a todos los indios que avia desde la Serena asta el gran río de Biobio como oy se ve e aver llegado hasta el dicho rio por los fuertes que hicieron en el cerro del Río Claro, donde pusieron y tuvieron frontera a los indios del estado con quienes tuvieron muchas batallas” y el padre Anello Oliva expresa que: Sometió hasta el valle de Arauco, donde pasó el invierno, después de haber construido algunos fuertes. Sometió a continuación las provincias de Chillhue y de Chillcaras. Sin embargo, en este aspecto hay discusiones: como por ejemplo que Chillhue y Chillcaras, no son nombres históricos reales, o que hay más de un río llamado Claro en Chile.
Un punto de vista minoritario que es sostenido por el historiador José Antonio del Busto en su libro Túpac Yupanqui, postula que el inca avanzó más allá del Maule y el Biobío, alcanzando hasta el Canal de Chacao, observando desde la orilla la Isla de Chiloé, el “fin del mundo” y, sin interés por conquistar esas tierras, regresó al gobierno del Tahuantinsuyo, tras su larga ausencia.
Muerte
En Chincheros, Chuqui Ocllo, una de las esposas de Túpac Yupanqui lo convenció de que su hijo Cápac Huari lo sucediera, sin embargo Túpac Yupanqui cambió de opinión decidiéndose por Titu Cusi Yupanqui (Huayna Cápac). Esto provocó la irá en Chuqui Ocllo quien envenenó a Túpac Yupanqui aproximadamente en 1493.
Posteriormente en 1532, cuando el ejército de Atahualpa tomó la ciudad de Cusco, las etnias que conformaban su ejército aún guardaban un resentimiento inmenso a Túpac Yupanqui por haberlos conquistado. Estas etnias quemaron su momia en Cusco bajo el mando de Quisquis.
Obras
- Derrota del Imperio Chimú.
- Profesionalización del Ejército inca.
- La mayor expansión del imperio.
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
WAYNA QHAPAQ – HUAYNA CAPAC – Mozo Poderoso.
PERIODO: 1493-1527, PANACA: TUMIPANPA PANACA, DINASTIA: HANAN
Fue el primer emperador inca (histórico) no cusqueño, ya que nació en territorio ecuatoriano, en la actual ciudad de Cuenca (Tumibamba en ese entonces), mientras su padre, el entonces emperador Túpac Yupanqui, se encontraba de campaña militar en el actual austro de Ecuador. A su temprana edad tuvo que afrontar dos serios problemas en su ascensión al trono. El primero a causa de las intrigas de serrallo, propiamente de la colla Chuqui Ocllo, que pretendía el trono para su hijo, Capac Huari, que acabó con la muerte de la conspiradora y el apresamiento del joven. Luego se le adjudicaría un Regente (una práctica ya usada en el pasado) para que colabore con él en su formación como emperador Inca. Sin embargo, pronto fue descubierta una trampa para el joven Huayna Capac, planteada por su Regente y su primogénito, quienes trataron de huir pero sin mayor éxito, siendo pronto ajusticiados gracias a la oportuna llegada de su tío Huaman Achachi.
Con un inicio tan agitado empezó el gobierno del nuevo Inca, que básicamente tuvo que dedicar todos sus esfuerzos a consolidar los terrenos conquistados por su padre y sofocar las revueltas de provincias levantiscas. Para esto, asumió el control político y religioso del Imperio, desplazando a Apo Chalco Yupanqui, el vigente Villac Umo. Por primera vez en la época imperial se concentraban todos los poderes en una sola persona. Sin embargo, casi al final de su vida nombra un pariente suyo, Cusi Túpac Yupanqui, como nuevo Sumo Sacerdote del Sol (aparentemente éste es el Villac Umo que corona a Manco Inca y que lo secundaría en sus guerras de reconquista como hábil estratega).
Sus campañas tenían la tendencia a dirigirse siempre hacia el norte. Por un lado, la dura resistencia selvática (pobladores y la naturaleza en sí) les bloqueaba el camino hacia el este, mientras que por el sur y por el oeste ya estaba todo descubierto. Así, el único camino posible era el norte, virtualmente inexplorado y a su vez zona altamente inestable dada la gran belicosidad de sus naturales.
Origen
Nacido en Tomebamba (en la actual Cuenca, al sur de Ecuador), sus primeros años estuvieron envueltos en una serie de hechos muy particulares.
Debido al derecho incaico, tenía que ser reconocido como auqui (príncipe) por las panacas reales del Cusco para poder ser Sapa Inca. Para cumplir este indispensable requisito, Túpac Yupanqui, que se hallaba en la conquista de Quito, se trasladó con la familia real al Cusco. Se dice que a la vuelta de ambos Pachacútec seguía con vida y salió al encuentro de ellos para conocer a su nieto. Parece que el muchacho causó tan buena impresión al anciano y por ello éste pidió que el menor dirija la carga del ejército incaico a la fortaleza de Sacsayhuamán, un acto ritual. Se cuenta que el príncipe hizo tan bien la faena que Pachacútec lo convirtió en su favorito y ello cimentó su futuro encumbramiento como Inca.
Túpac Yupanqui habría nombrado como su sucesor a Capac Huari, pero finalmente se habría decidido por Huayna Capac provocando así la ira de Chuqui Ocllo, madre de Capac Huari. Este hecho parece haber sido el detonante que impulsó a Chuqui Ocllo a envenenar a Túpac Yupanqui. Más tarde ésta declaró que Túpac Inca había cambiado de opinión recién cuando estaba moribundo y con la razón perdida.
Ante este hecho, Huaman Achachi, un general fiel a Túpac Yupanqui (y hermano suyo) ocultó a Huayna Capac y después de muchos pleitos y la enérgica protesta de Mama Ocllo (madre de Huayna Capac) condenaron a Chuqui Ocllo y sus cómplices a la pena de muerte. En cuanto al pequeño Capac Huari, no se le hizo ningún daño debido a su inocencia. Sin embargo, se lo desterró a un lugar apartado bajo la vigilancia de personas de la confianza de Huaman Achachi.
Huayna Cápac, ya declarado sucesor de Túpac Yupanqui, tuvo como Regente a su tío Apo Huallpaya hasta que alcance su mayoría de edad. Más tarde Apo Huallpaya propuso a su hijo al trono argumentando que Huayna Cápac era incapaz para el cargo, Huamán Achachi supo que además Apo Huallpaya tenía intenciones de matar al joven monarca. Apo Huallpaya y su hijo fueron sentenciados a muerte por traición
Campañas iniciales
Entre las primeras se tiene su incursión al reino de los chachapoyas, que se habían rebelado al poder imperial aprovechando la muerte de Túpac Inca. El Inca se encontraba en los funerales de su madre cuando tuvo noticia del alzamiento y dispuso marchar de inmediato a la región, no sin antes pasar por pueblos históricamente ligados al origen del Imperio, como el de los soras y el de los lucanas, donde fue muy bien recibido. Más tarde marcha a Jauja, donde impartiría sabia justicia, logrando mucha fama regional pese a su corta edad. Después de haber estado en Yauyos, descansa en Cajamarca y se prepara para la larga lucha.
Los primeros choques resultaron favorables a los chachapoyas, quienes hacen retroceder varias veces al ejército imperial. Sin embargo, la política incaica de renovar las tropas dio sus frutos, puesto que una nueva oleada de gente fresca terminó por aplastar a los agotados pero heroicos chachapoyas, quienes ofrecieron paz incondicional. Regresa al Cusco y se encarga de visitar el extremo sur del Imperio (Tucumán, Argentina y las provincias del Contisuyo), para luego volver a la capital y de ahí emprender una rápida campaña a Cajamarca, llegando a la región selvática de los Bracamoros, aunque fue repelido por los naturales y por las condiciones geográficas y climáticas de la región.
Rehecho de su encuentro con los bracamoros, se dirigió a la región de los paltas, que habían dado muerte a los embajadores que dejó su padre. Enterados del arribo del Inca, enviaron espías disfrazados de leñadores, sin embargo, la treta fue descubierta y los espías recibieron castigo más que severo: los más acabaron asesinados, mientras que unos cuantos regresaron con narices y orejas cortadas, mientras otros con los ojos vaciados. Los paltas, ante esto, se rindieron. Finalmente arribará a Quito, previa estadía en su natal Tumibamba (hoy Cuenca), y luego emprenderá el viaje de regreso al Cusco, no sin antes dar permiso para que construcciones de tipo palaciego se puedan levantar en la hoy capital ecuatoriana.
Sus visitas al santuario de Pachacámac fueron constantes y varias veces eran para ver la suerte que correría en una eventual campaña, como la que desarrolló por la costa norte hasta Tumbes.
Rebeliones cerca a Quito y anexión de los Pastos (Sur de Colombia)
Para su visita al litoral emprendió marcha rumbo al santuario de Pachacámac. Para esto recorrió los pueblos de los soras y lucanas, así como la región de los belicosos huancas hasta llegar a la ruta de Huarochirí, por la cual descendió hasta el valle limeño.
Llegado al Santuario, recibió buenos vaticinios acerca de su campaña presente y la posterior, por lo que se dirigió a Tumbes, pasando por el territorio que fuera del Gran Chimú. Para esto tomó varios años, dado que a su paso fue construyendo canales y afirmando tierras de cultivo. Llegado a la región norteña, se informó de la rebeldía del cacique Tumbala, de la Isla Puná, y se dirigió hacia allá. El cacique consultó pueblos vecinos por ayuda, pero como todos ya se habían sometido al Inca, optó por una salida astuta. Fingió pasividad ante el Inca y cuando sus tropas se retiraban en balsas, atacó a la mitad y en la refriega cayeron muchos orejones. Huayna Capac, enterado de ello, montó en furia y él mismo dirigió la carga sobre los punaeños, venciéndolos tras dura lucha.
Campaña al Collasuyo
Artículo principal: Collasuyo
Más tarde, envió a su tío Huaman Achachi (quien lo salvó del complot durante su infancia) a visitar las nuevas regiones conquistadas del norte, mientras que él se dirigió al Collasuyo. Atravesando el Collao, llegó a la región de los charcas y de ahí, por el Paso del Huasco, llegó a Chile. Una vez ahí, retiró a los gobernantes dejados por su padre y puso en su lugar a los descendientes de los antiguos caudillos regionales, ganando el favor de la región entera. Finalmente regresó al Cusco por Coquimbo, Copiapó, Atacama y nuevamente el Collasuyo. Sin embargo, hallándose en Cochabamba, obtuvo preocupantes noticias del Chinchaysuyo.
Huaina Cápac se dirigió a Chile Central en persona con un poderoso ejército, sometiendo sefiitivamente de los valles desde el Río Aconcagua hasta el Río Cachapoal.
Huacas y Pucarás en Collasuyo
Atribuibles a este monarca sería la serie de Pucará existentes en Aconcagua, Mapocho y Maipo; en especial Chena, Angostura y Merchacas. En cambio las construcciones de Catemu y Cerro Mauco, podrían pertenecer al último tramo del reinado de Topa Inga Yupanqui, cuando el río Aconcagua constituía la frontera austral del imperio.
Expansión hacia el sur en Collasuyo
La expansión hacia el sur fue continuada por Huaina Cápac, que recorrió todo el territorio anexado, especialmente Quillota, Aconcagua y Mapocho. En el Valle de Chile invistió como Curaca (su representante ) a los jefes locales Michimalonco y Tangalonco, dejando en un segundo plano al gobernador inca Quilicanta.[2] Probablemente este Inca organizó definitivamente la extracción del tributo en oro de Marga Marga, que debían enviar anualmente al Cuzco los curaca de Aconcagua, y la división del señorío político del valle en dos mitades: valle superior e inferior, quedando este último subordinado al primero.
Los cayambis y los caranguis habían intentado desconocer el poder imperial y se levantaron contra el Inca. Huayna Capac recogió tropas en la región de los collas y se dirigió con ellas a la capital para hacer un último reclutamiento. Hecho esto, nombró generales a Auqui Toma (Hanan Cusco) y a Michi (Hurin Cusco).
Indicios de decadencia
Preparados para la campaña al otro extremo del Imperio, se dirigió con lo más selecto de sus tropas, contando entre ellas con la colaboración de dos de sus hijos: Ninan Cuyuchi, un hábil guerrero, y un joven pero experimentado Atahualpa. En el Cusco quedarían Huascar y los pequeños Manco Inca y Paullu Inca.
Llegados a su natal y lejana Tumibamba, se levantó el palacio Mullu Cancha, en el cual se ubicaría una estatua de oro de su madre Mama Ocllo, que se dejaría al cuidado de la nación cañari. También se construyó la Casa del Sol y la de Ticci Viracocha Pachacama. Finalmente arribaría a Quito, desde donde despacharía emisarios para ordenar el sometimiento pacífico de los rebeldes, obteniendo una respuesta hostil. Es aquí que, reunido el Alto Mando, se decide lanzar una campaña a la región de los Pastos (Pats Awá o “gente escorpión”), para lo cual se designa capitanes del Collasuyo, quienes afirmaban ser los más capaces para combatir en regiones como esa.
Aparentemente, la afirmación resultó cierta, puesto que la victoria fue sumamente sencilla. Inmediatamente, a la llegada de la noche se dispuso una celebración entre los soldados triunfantes y fue en ese momento que el verdadero ejército de los Pastos cayó sobre los confiados incas, destrozándolos casi por completo. Los pocos que salvaron la vida se fueron replegando hasta que la guardia de los Orejones (que había quedado rezagada) logró defender la retirada. Se dice que aquí se lucieron tanto Ninan Cuyochi como Atahualpa.
Conocedor de los hechos, Huayna Capac decidió enviar esta vez al grueso de su ejército, el cual sin problemas dominó la situación y produjo gran mortandad entre los Pastos, no salvándose ni mujeres ni niños. Dado que era época de lluvias, se replegaron todos a Tumibamba no sin antes haber dejado tropas y representantes en la región.
Previo llamado de refuerzos, se dispuso el ataque a la región de los caranguis. La rendición de la primera fortaleza se logró con muchos apuros. Acto seguido, la mirada se dirigió al reducto principal de los caranguis, en pleno corazón de sus dominios, que estaba defendido no solo por los naturales, sino también por otabalos y cayambis, que les prestaban apoyo. Justamente para evitar más adhesiones a estos, Huayna Capac ordenó que sus principales jefes vayan por los alrededores anunciando que el Inca iba a tomar represalias contra la nación que apoyara de una forma u otra a los sitiados.
Cumplido el cometido, se lanzó el primer ataque a la fortaleza. Un fracaso sonoro sacudiría los cimientos más profundos del Imperio en sí. Se produjo, por primera vez en la historia, la caída del Inca. Su litera, soportada por los Orejones, fue atacada por los cayambis y los cusqueños cedieron, provocando que el Inca impacte duramente contra el suelo. El desconcierto fue total y solo pudo salvar la vida Huayna Capac al ser protegido por 3 de sus más fieles capitanes. Finalmente, los Orejones también apoyarían y lograron poner a salvo al Inca.
Lo que siguió a estos hechos es notable por cuanto el Inca decidió demostrar su enojo hacia sus capitanes y a sus nobles Orejones a través de varias acciones, como disminuirles las raciones de comida o no invitarlos a las fiestas en el campamento. Estos, al verse relegados públicamente, tomaron la imagen del Sol y se dirigieron al Cusco, siendo interceptados por mensajeros del Inca, a los cuales procedieron a capturar. Un último enviado recibió por respuesta: “decid al Inga que su poco apego y el hambre que nos apura nos hacen partir al Cusco”.
Finalmente, Huayna Capac se dirige a los Orejones en persona y les recrimina su actitud. Los Orejones de todas formas prosiguen su marcha y, Huayna Capac en acto insólito, pide que se retire la estatua de su madre, que se hallaba en el templo, para que la pongan frente a los desertores. Hecho esto, una india cañari sale al camino y, haciendo como si estuviera poseída por el espíritu de la Coya, les convence de quedarse. Los Orejones contestan al Inca: “Queremos más ser vasallos desfavorecidos que no hijos inovedientes”. El Inca recurrio a este artilugio para ganar tiempo y organizar un banquete para agasajar a sus capitanes.
Éste hecho es explicado por una arraigada costumbre andina, basada en la reciprocidad: todo Señor andino debía ofrecerles a sus súbditos regalos y favores a cambio de su labor, y Huayna Capac estaba dejando de lado esta obligación para con sus ejércitos, que estaban formados por varios pequeños ejércitos al mando de señores de diversas grupos étnicos. Estos formaban el corazón del Tahuantinsuyo. El Inca tuvo que ofrecerles las acostumbradas ceremonias de petición de favores, para lograr que sus ejércitos volvieran a su mando, antes de iniciar otro ataque.
El ataque a la fortaleza se reanudaría con participación de los Orejones’, que pelearon tan bien que consiguieron ganar 4 de los 5 muros de la misma. Sin embargo, la caída del hermano del Inca, Auqui Toma, obligó a un replanteo de la situación. El mismo Huayna Capac encabezaría las acciones.
El desenlace
Decidido a culminar aquella guerra, se pone al frente de una división. La otra estaría comandada por el general Michi, del Hurin Cusco (uno de los Orejones), y la última estaría compuesta por los soldados del Chinchaysuyo. Estas dos estarían encargadas de atacar por los flancos, a modo de sorpresa, mientras que la división principal sería dirigida por el propio Inca y sería la que habría de llevar el mayor peso en la contienda.
La batalla duraría varios días y, al cabo de un tiempo, el Inca daría la orden de retirada. Sus tropas lo siguieron y tras ellos iban los caranguis, que salieron de la fortaleza con el deseo de aplastar a los incas definitivamente. Justo en ese momento, las tropas que debían flanquear la fortaleza salieron de sus escondites respectivos y las tres columnas atacaron la fortaleza de tal modo que la lograron ganar completamente. Las represalias fueron, al estilo del Inca, muy severas. Como dice el historiador Raúl Porras Barrenechea, Huayna Capac “deseaba ser tan temido que de noche le soñaran los indios”.
Como dato simbólico, se puede decir que Manco Inca reconoció en la táctica que usó Hernando Pizarro contra él en la batalla de Ollantaytambo la que su padre empleó muchos años antes en la tierra de los caranguis. Conociendo bien los pasos a seguir, pudo defender bien la fortaleza y anticipar los movimientos del corajudo capitán español.
Sin embargo, súbitamente el emperador caería presa de una extraña enfermedad. A decir de Garcilaso, el Inca predijo la llegada de misteriosos viajeros que arribarían vía marítima (relato que muestra similitud con la historia chimú arribo de Naylamp en la costa norte peruana). Lo cierto es que el Inca llegó a saber de las naves que estaban explorando el litoral y que murió sin obtener una respuesta certera sobre la identidad de los viajeros. Finalmente, también murió sin dejar un claro indicio sobre su sucesión. El designado, de algún modo, llegó a ser Ninan Cuyochi, un hijo bastardo con gran manejo de las armas, pero que también moriría como su padre. Ante la gravedad de la situación, surge la figura del hijo de la segunda Coya (la primera no llegó a darle sucesión al Inca), Huascar Inca, quien se encargaría de gobernar al Imperio los próximos años.
La figura de Huayna Capac se puede ubicar en la lista de los grandes gobernantes del Imperio, junto a su padre y a su abuelo, mientras que su hijo Huascar Inca representaría la decadencia. Sin embargo, lejos de tanta felicidad, lo cierto es que el Imperio ya había empezado a rajarse momentos antes de iniciarse el gobierno del joven Inca. El atentado de su regente, así como las intrigas de serrallo, pasando por el encumbramiento de las clases militares y terminando en el relajamiento de la nobleza (los pobres trabajaban ya no solo para el Inca y el Sol, sino que también debían trabajar para las familias de los que habían sido incas), eran muestras de que algo ya andaba mal en un Imperio que había crecido desmesuradamente rápido. Si bien Huayna Capac fue muy querido por todos, cometió muchos errores. Tal vez el más grave haya sido el encumbramiento de su ciudad natal, Tumibamba y el de Quito, que terminó siendo uno de los puntos más fuertes para la rivalidad entre ambas ciudades al llegar el reinado de Huascar Inca. Sin embargo, pese a su relajamiento y a su apego por la bebida y las mujeres, no puede negarse que mantuvo sólidamente unido al Imperio (a decir de un conquistador español, “si la tierra no huviera estado dividida, si Guaynacaba no huviera muerto, no la pudiéramos entrar ni ganar”) producto de una gran capacidad de liderazgo, gran voluntad y un admirable arrojo.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Huayna_C%C3%A1pac
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
WASKAR – HUASCAR – Cadena de Oro.
PERIODO: 1527-1532, PANACA: HATUN AYLLU, DINASTIA: HANAN
Finalmente se decidieron por Huáscar pues éste había sido nombrado como incap rantin (vicegobernador) de Cusco por el mismo Huayna Cápac.
Muchos pretendieron el trono, entre ellos su hermano Atahualpa, quien terminaría quitándoselo por las armas en 1532, apresándolo y posteriormente acabando con su vida ya siendo cautivo de Francisco Pizarro.
Huáscar había nacido en Huascarpata, y de allí su nombre. Fue designado como sucesor por los orejones (nobles) de Cusco, mas no por su propio padre quien falleció junto a su legítimo sucesor. En la decisión tomada por los orejones tuvo influencia la experiencia que tenía Huáscar en gobernar una importantísima ciudad como era Cuzco.
Durante el comienzo de su gobierno, todos lo reconocían como Zapa Inca, nombrando a su hermano Atahualpa incap rantin (vicegobernador) de Quito y su zona de influencia. Esta solicitud fue aceptada por Huáscar.
Muchos fueron los que pretendieron el trono de Huáscar, entre ellos su hermano Cusi Atauche, quién con la ayuda de dos generales hermanos suyos atacó al ejército de Huáscar. Este intento fracaso y Cusi Atauchi fue sentenciado a muerte por traición.
Ante estos hechos Huáscar empezó a desconfiar de todos, en ocasiones mató a sospechosos sin tener pruebas contundentes. Tal vez inclusive sufrió de esquizofrenia.
Guerra contra Atahualpa
Artículo principal: Guerra de subversión inca
Su hermano Atahualpa tenía la ambición de apoderarse del imperio inca, para lo cual organizó un numeroso ejército conformado por etnias norteñas resentidas con los cusqueños por las matanzas que habían llevado a cabo Huayna Cápac y Túpac Yupanqui cuando conquistaron esos lugares.
Las primeras acciones bélicas se iniciaron cuando Atahualpa desobedeció la orden de Huáscar de ir a Cusco.
La primera batalla la ganó Huáscar con un ejército comandado por su hermano y general llamado Atoc.
Atahualpa aprovechó una tregua (en época de cosecha se supone que ninguna etnia andina debe realizar campañas bélicas) y tomó algunas ciudades norteñas. Poco a poco llegó a Cusco casi invicto y derrotó finalmente a Huáscar.
Una vez tomado Cusco, Atahualpa intentó borrar cada rastro percibible de Huáscar matando a sus familiares, sirvientes y simpatizantes. Y las etnias norteñas que conformaban el ejército de Atahualpa intentaron borrar todo rastro de Huayna Cápac y Túpac Yupanqui de quien inclusive quemaron su momia.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Hu%C3%A1scar
LOS INCAS DEL IMPERIO INCAICO
ATAWALLPA – ATAHUALPA – Guerrero Valiente
PERIODO: 1532-1533, PANACA: HATUN AYLLU, DINASTIA: HANAN
Logró vencer a Huáscar en 1532 en Quipaypan, cerca de Cuzco, tras lo cual Atahualpa se proclamó Inca o emperador, después de haber ganado la guerra se dirigió de inmediato a Cajamarca para conocer a los españoles, después de un inesperado ataque español fue hecho prisionero por Francisco Pizarro. En prisión mantuvo algunos privilegios: se le permitió seguir administrando el imperio, aprendió a leer y escribir, también mantuvo una relación amistosa con Francisco Pizarro. A los pocos meses fue acusado de traición por los españoles, lo acusaron de ocultar un tesoro, conspiración contra la corona española y de matar a Huáscar. Para su rescate fue obligado a pagar dos habitaciones llenas de plata y una de oro, además de mujeres, entre ellas, su esposa Cuxirimay Ocllo quien fue traída desde el Cuzco y entregada como esclava a Francisco Pizarro. Aunque cumplió con su oferta, fue ejecutado de todas formas. Escogió ser ahorcado después de bautizarse como cristiano; la otra opción era morir quemado si no se bautizaba.
Origen polémico
Existen algunas dudas sobre el lugar de origen de Atahualpa. El conquistador Pedro Cieza de León aseguró en una de sus crónicas haber averiguado por las calles de Cuzco el origen de Atahualpa, según él los orejones (nobles) cuzqueños le dijeron que Atahualpa fue mayor que Huáscar y además cuzqueño como él. La mayoría de crónicas como las de Santa Cruz Pachacuti y Bernabé Cobo aseguran que Atahualpa nació en Cuzco, mientras que son pocos los que afirman un origen quiteño, entre otros a fines del siglo XVI Diego Lobato de Sosa (nacido en 1536 de una supuesta hermana de Atahualpa), y en el siglo XVII Pedro de Mercado y Jacinto Collahuaso. El cuzqueño Inca Garcilaso de la Vega es el principal cronista que presenta esta afirmación.
Existen fuentes, en su mayoría escritas a fines del s. XVI y mediados del XVII, que respaldan su nacimiento en Tahuatinsuyu. El hecho de que Túpac Yupanqui haya nacido en Vilcashuamán y su hijo Huayna Capác en Tomebamba, parece indicar que Atahualpa muy bien pudo haber nacido en Quito, como parte de una política expansionista del Imperio y como una manera de reforzar una conquista de índole político-religiosa (Hugo Burgos Guevara, El Guamán, el Puma y el Amaru). Lastimosamente, al carecer los incas de escritura, nunca se sabrá el origen real de Atahualpa, si bien parece ser actualmente irrelevante.
Otros cronistas relatan que vivió en Quito más de 10 años junto a su padre Huayna Cápac, y que su madre era la princesa quiteña Paccha, última Shyri de la dinastía de los Sushysela (Duchicela), su hermano Ninan Cuyuchi, y el ejército inca (con sus más influyentes generales).
En lo que sí coincide la mayor parte de las crónicas de la época es que Atahualpa estuvo con su padre en Cuzco durante su infancia y juventud, recibiendo en esta ciudad la educación que en su condición de noble le correspondía.
Los historiadores ecuatorianos tienen una opinión divida sobre el lugar de nacimiento de Atahualpa, algunos dicen que fue en Quito y otros en el Cuzco.
Los historiadores peruanos tienen la opinión de un origen cuzqueño.
Juventud
Cuando Atahualpa tenía 16 años de edad, su padre Huayna Cápac decidió dejar Cuzco y marchar con él y con su hermano Ninan Cuyuchi hacia Quito al mando de un gran ejército, dejando a su hijo Huáscar como incap rantin (vicegobernador) de Cuzco.
En Quito, Huayna Cápac encargó a Atahualpa el mando de una campaña militar para someter a los punaneños (del Golfo de Guayaquil) quienes se negaban a pagar sus tributos.
Fue en esta permanencia de más de 10 años junto a su padre y a hábiles generales como Chalcuchímac y Quisquis que Atahualpa aprendió el arte de la administración y el gobierno; los cronistas lo describían intelectualmente como alguien de “vivos razonamientos y con mucha autoridad”.
Entronización
Artículo principal: Guerra de subversión inca
Ahí permanecieron juntos por más de 10 años sofocando rebeliones o conquistando nuevas tierras. En 1525 Huayna Cápac murió en Quito de una extraña enfermedad, y lo mismo sucedió con Ninan Cuyuchi pero en Tomebamba. La epidemia de viruela llegó también a Cuzco y mató a dos de los cuatro correinantes de Cuzco, haciendo que Huáscar sea el preferido de los cuzqueños para asumir el gobierno.
Tras ser nombrado emperador inca por los nobles cuzqueños Huáscar fue víctima de un golpe de estado fallido. Esta acción hizo que reinara la desconfianza en Huáscar, y esta desconfianza a su vez hizo que reinara la antipatía de los nobles incas contra Huáscar.
Preocupado por la estrecha relación de Atahualpa y el poderoso ejército norteño, Huáscar le ordenó que viniera a Cuzco, Atahualpa fue convencido por los generales norteños de no ir ya que si lo hacía sería ejecutado. No se sabe con certeza si fue por protección propia o por ambición, pero Atahualpa organizó ejércitos para que tomaran Cuzco y trajeran consigo a Huáscar.
Terminada la guerra Huáscar fue tomado prisionero por los generales Quisquis y Chalcuchimac. Fue maltratado y traído descalzo hacia Atahualpa. En 1533, cuando Atahualpa estaba preso, ordenó su ejecución por temor a que los españoles le devolvieran el trono, es decir que no llegaron nunca a verse las caras desde que se inició la guerra.
Se puede entender que Atahualpa prisionero mantenía cierto control sobre el imperio, pues ordenó ejecutar a Huáscar y que se le traiga su cráneo revestido de oro para ser usado como vasija. Tal acto sirvió de excusa para acusarlo de fratricidio lo que, sumado a cargos de idolatría, adulterio y otros, le significó una sentencia de muerte por incineración.
La pena de incineración le fue sustituida por la de ahorcamiento, tras ser bautizado bajo el rito católico. Antes, al ser apresado, había echado al suelo una Biblia, pues no pudo escuchar en ella la “palabra de Dios”, como anunciara un sacerdote.
Captura
Artículo principal: Captura de Atahualpa
La embajada de Hernando de Soto
Terminada la contienda, Atahualpa se dirigió rápidamente hacia Cajamarca, donde lo esperaban los españoles a quienes quería conocer. Cuando Atahualpa se hallaba en Los baños del inca, a media legua de Cajamarca, Francisco Pizarro envió a Hernando de Soto con 20 jinetes y un intérprete hacia el inca para decirle que lo estaban esperando en Cajamarca. Ahí, Atahualpa sorprendió a la embajada española, ya que según cuentan, Atahualpa nunca se asustó de los caballos que se le acercaron tanto que soplaron en su cara, sin embargo algunos soldados sí se atemorizaron y fueron castigados severamente por ello. Atahualpa confirmó que iría a Cajamarca al día siguiente.
Toma de Cajamarca
Al día siguiente los españoles se escondieron en los principales edificios incas de la Plaza cajamarqueña y esperaron ansiosos. Unas horas después vieron el fenomenal ingreso de Atahualpa, con un desfile de 30.000 hombres, quienes estaban tan confiados que fueron desarmados. Al entrar a la plaza el único español que le salió al encuentro fue el fraile Vicente de Valverde, quien a través del intérprete Felipillo, aunque otras fuentes dicen que fue Maritinillo o ambos, Valverde efectuó el Requerimiento donde se le ordenó aceptar el cristianismo como religión verdadera y someterse a la autoridad del rey Carlos I de España y al papa Clemente VII. Acto seguido le entregó un misario y un anillo como regalo, Atahualpa al ver que carecían de significado para él los tiró al suelo; esta acción causó indignación en los españoles, quienes inmediatamente rompieron el silencio al disparar su artillería y fusiles. Los súbditos que cargaban el anda de Atahualpa fueron también matados sin piedad, cuando algunos caían eran reemplazados de inmediato. Al ver esta situación uno de los conquistadores intentó matar al inca con un cuchillo, pero Francisco Pizarro lo impidió atajándolo (inclusive se lastimó la mano al hacerlo) y ordenó que “nadie tocase al inca”. La matanza fue completa, más de 20.000 soldados incas murieron, y también fue asesinado el señor de Chincha, amigo íntimo de Atahualpa.
Prisión
Como resultado Atahualpa fue apresado en un palacio de Cajamarca; según Guaman Poma de Ayala estuvo sumergido en una época de depresión porque le quitaron a su coya (mujer), su riqueza y su reino. Cuenta que lloró, no comió mucho y dormía poco. En prisión Atahualpa organizó a espaldas de los españoles dos ejércitos, uno bajo el mando de Chalcuchímac para que fuese a Cajamarca a liberarlo y el otro bajo el mando de Quisquis para que tomase Cuzco y eliminara cualquier vestigio de Huáscar. Estando preso se hizo amigo de Pizarro, y le tuvo admiración a Hernando Pizarro, de quien dijo era un gran señor. También jugaba mucho a la “Taptana”, un juego de mesa inca que algunos historiadores confundieron con el ajedrez. Según crónicas, aprendió castellano en veinte días.
Muerte
En prisión, Atahualpa ofreció a cambio de su liberación llenar dos habitaciones de plata y una de oro “hasta donde alcanzara su mano”, los españoles aceptaron y de inmediato se mandó la orden a todo el imperio inca de que enviasen la mayor cantidad posible de oro y plata hacia Cajamarca. Después de cumplir su parte los españoles lo sentenciaron a muerte por idolatría, fratricidio, poligamia, incesto y lo acusaron de ocultar un tesoro.
Se le concedieron las dos últimas opciones: ser bautizado como cristiano y luego ahorcado o ser quemado vivo. Al escoger la primera opción fue bautizado con el nombre cristiano de Francisco. Se cree que Francisco Pizarro lloró su muerte. (Pedro Pizarro narra en su crónica: “yo vi llorar al Marqués”).
Fue ejecutado el 26 de julio de 1533. La noticia de su muerte originó una gran anarquía, muchas etnias dominadas por los incas se sublevaron e intentaron recuperar su independencia.
Fue enterrado en la iglesia de Cajamarca pero unos días después su cadáver desapareció misteriosamente; probablemente sus súbditos lo rescataron para momificarlo y enterrarlo junto con sus antepasados.
Tras su muerte, muchos incas partidarios de Huáscar (como Manco Inca) se unieron a los españoles para derrotar a Chalcuchimac, Quisquis y los demás partidarios de Atahualpa.
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